Por fin llegó el invierno. No es que lo celebremos especialmente, pero la verdad que se ha hecho de rogar. Y no solo ha llegado, sino que ha llegado con mucha fuerza. Y con la misma energía pones rumbo a tu armario en busca de aquellas prendas de abrigo que dejaste olvidadas hace ya muchos meses. Y ahí esta, esperándote…
La ropa de invierno es bastante particular y diferente al resto. Su principal diferencia está en su composición y en la delicadeza extra de tejidos como la lana. Prendas y tejidos, tan agradecidos como desconocidos, quedan en el olvido y hasta la llegada del frío no nos acordamos de ellas, y es en ese momento cuando nos preguntamos: ¿cómo se limpian y cuidan las prendas de invierno?
Pues es más sencillo de lo que parece. Solo hace falta saber algunas sencillas normas para conservar este tipo de prendas en las mejores condiciones. La principal regla es que estas prendas se limpian. Sí, habéis leído bien, se limpian. Y lo digo porque es muy habitual ver pasar los años por ese abrigo que nunca vemos pasar por la lavadora o la tintorería. Y es que a pesar de sus colores oscuros, las prendas de invierno también se ensucian y requieren de un lavado al menos una vez al año.
Teniendo claro que los abrigos, plumíferos y demás prendas de invierno también se lavan, hay que tener también claro cual es el momento de hacerlo. A menudo dejamos esta tarea para el comienzo de invierno con la idea de disponer de la prenda en las mejores condiciones para la estación que está a punto de comenzar. Error. Las prendas de invierno deben quedar limpias al finalizar este. El motivo es que la suciedad y las manchas, si se dejan en la prenda durante todos los meses de calor, serán más difíciles de eliminar en el momento en que queramos hacerlo. Además, los posibles olores que la prenda haya cogido se extenderán de forma imparable. Nada recomendable.
Entrando en la parte técnica, si lo que queremos lavar es un abrigo o jersey de lana podemos hacerlo tranquilamente en la lavadora. Lo único que debemos hacer es quitarle previamente las pelusas de la superficie con algún tipo de cinta de embalar o similar. A la hora de lavarlo, usaremos un programa especial para tejidos delicados (todas las lavadoras lo tienen, confiar en mí) y usar un detergente especial para este tipo de prendas. También es recomendable lavar estas prendas con la lavadora a media carga para el exceso evitar roces con otras prendas y la aparición de las tan odiosas pelotillas. Conviene lavar las prendas en frío y prescindir del suavizante.
A la hora de secar la lana hay que tener especial cuidado ya que este tejido se deforma estando mojado y mantiene esa nueva forma una vez seco. Para evitar deformaciones, lo mejor es secar la prenda extendida en horizontal. El resultado es digno de la mejor de las tintorerías. Una vez seca, si queremos almacenarla hasta el año que viene, debemos usar bolsas que transpiren ya que la lana es un tejido que necesita aire para su buena conservación.
Si queremos lavar un abrigo relleno de plumas o un nórdico, también podemos hacerlo en nuestra lavadora. Para ello únicamente debemos introducir en ella un par de pelotas de tenis. Estas pelotas, al rebotar, conseguirán evitar que la prenda se apelmace y se formen arrugas o pliegues nada estéticos. Además, con este sistema, nuestras prendas quedaran mucho más esponjosas.
A la hora del secado, es totalmente imprescindible conseguir que la prenda quede totalmente seca. La pluma es de origen natural y con la humedad desprende un olor poco agradable. Sin duda, a la hora de secar este tipo de rellenos, lo mejor es usar una secadora.
Si tenemos otro tipo de abrigos o mantas de tejidos sintéticos también los podemos lavar en la lavadora, aunque si son de gran tamaño es mucho más recomendable llevarlos a la tintorería. Se recomienda lavar en frío y con centrifugado corto. Este tipo de tejidos pueden secarse tranquilamente al aire y posteriormente ser almacenados hasta el año que viene. En este caso, sí que podemos usar bolsas plásticas para conservar la prenda durante todo el verano y ecnontrárnosla en perfectas condiciones el invierno que viene.
Como ves es siempre más sencillo de lo que parece. Ya no tienes excusa para no dejar tus prendas de invierno en perfecto estado hasta el próximo invierno. Y no queda mucho tiempo para que este momento llegue, porque lo mejor de que haya comenzado el invierno es que ya queda muy poco para verlo terminar!