Practicar algún deporte o ejercicio requiere de un grado considerable de fuerza de voluntad. Ya sea por calor, frío, cansancio o falta de tiempo, lo cierto es que no practicamos todo el deporte que deberíamos y por eso nuestro cuerpo se resiente. Si a eso le sumamos el hecho de que el invierno (ya sea por la lluvia o el frío) no invita demasiado a ponerse unas mallas y salir a correr, tenemos un coctel que seguramente hará explosión cuando estemos tirados en el sofá con nuestras pantuflas y el mando a distancia en la mano.
Paradójicamente, es precisamente en otoño e invierno cuando nuestro cuerpo obtiene beneficios extra al practicar cualquier actividad física. Además, son muchos los deportes típicos de esta temporada que podemos practicar, especialmente los de nieve y montaña. Pero también son varias las precauciones que hay que tomar a la hora de realizarlos.
España es uno de los países con más desnivel de Europa. Eso, aparte de dejar muchos e increíbles miradores, también nos da la oportunidad de practicar deportes ‘de invierno’ en alguna de sus numerosas montañas. Este tipo de deportes suelen ir acompañados necesariamente de nieve pero también podemos disfrutar de la montaña de una forma algo más tranquila.
El esquí o snowboard son una buena opción para disfrutar quemando calorías. Cierto es que los primeros días no son fáciles ni agradables (tus moratones darán buena fe de ello) pero con unas cuantas horas de práctica comenzaras a disfrutar de un deporte emocionante en un entorno espectacular. El senderismo también es otra buena alternativa para los menos osados. Prepara tu mochila y tu cantimplora y camina por un sendero de los miles que hay mientras disfrutas del paisaje o de una buena conversación.
Si eres más de ciudad y la montaña no te pilla cerca no te preocupes. Durante estas fichas las pistas de hielo suelen dejarse ver por nuestras plazas. Anímate y disfruta de una actividad que además puedes practicar en familia. Si el frío no termina de convencerte siempre te quedara el gimnasio o una buena piscina climatizada. Todas son opciones muy validas.
Si te animas a practicar alguno de estos deportes (especialmente los que se practican en entornos fríos) hay una serie de recomendaciones que debes tener en cuenta. Antes de comenzar realiza siempre un buen calentamiento para preparar tu cuerpo y evitar lesiones. También es imprescindible vestirse por capas para poder ir quitando y poniendo estás en el momento en que nuestro cuerpo nos lo pida. Recuerda también protegerte de los rayos solares especialmente si te mueves por la nieve. Por supuesto, y aunque no creas que lo necesitas, hidrátate constantemente con agua o alguna bebida isotónica. En la montaña hay muchos bares donde también puedes reponerte con una cerveza o un caldo caliente (estas opciones son mis favoritas).
Como puedes ver son muchas las opciones para mover tu cuerpo en invierno, pero aún son más las ventajas.
Hacer deporte ayudará a despejar tu mente y eliminar todo el estrés acumulado durante la semana. Hacerlo bajo el sol ayuda además a liberar endorfinas y estas contribuirán a mejorar nuestro humor y esto de animo. El sol es un factor clave ya que recarga nuestro cuerpo de vitamina D la cual es vital para nuestros huesos y para la quema de grasas. ¡Hasta ahora todo son ventajas!
Practicar deporte en invierno también es una inmejorable forma de llegar a la primavera con los deberes hechos. La ‘Operación Bermuda’ suele dejarse para más adelante pero de esta forma ya tendremos terreno ganado moviendo nuestro cuerpo en invierno. Ejercitándonos en estos meses ayudamos a compensar ese exceso de calorías que solemos ingerir de más en estas fechas (comidas más contundentes, fiestas navideñas, etc.).
Pero por encima de todas las ventajas y beneficios, para mí esta la sensación de superarse a uno mismo y vencer al frío, la lluvia y la pereza. ¡Esa sensación es incomparable!