Con la llegada del otoño el clima se ve alterado de forma notable. Los días pasan a ser más cortos, las temperaturas comienzan a ser más bajas y aparecen las primeras lluvias. Los cálidos días de verano quedaron atrás y sin darnos cuenta estamos en una nueva estación, saliendo de casa a primera hora con cazadora y volviendo en manga corta. Una estación peculiar en la que debemos prestar atención a nuestro cuerpo si no queremos sufrir las incomodas consecuencias.
Todas estas alteraciones y cambios tienen repercusión, por ejemplo, en nuestro pelo. El frío y la humedad tienen un efecto negativo, por tanto debemos tratar de evitar el uso excesivo de productos de fijación o el secador para no castigarlo todavía más. La acción de estos propicia la debilitación y caída de nuestro pelo. Durante estos meses, toma como costumbre hacerte masajes el cuero cabelludo al lavarlo. Conseguirás paliar los efectos y además es relajante. ¿Qué más se puede pedir?
Si nuestro pelo sufre con el otoño, nuestra piel no está en mejor lugar. El órgano que recubre todo nuestro cuerpo está constantemente expuesto a los cambios de temperatura y al viento. Para conseguir llegar con una piel sana y cuidada a la primavera debemos prestar especial atención a la hidratación. Por supuesto podemos hidratar nuestra piel aplicando cremas periódicamente, pero también es muy importante beber agua regularmente. También es muy importante aprovechar los pocos rayos de sol de que dispongamos. La exposición directa al sol es muy beneficiosa para nuestra piel y para nuestro organismo en general. Para completar, no olvides tomar suficiente vitamina C y exfoliar la piel de tu rostro regularmente.
Nuestra garganta también sufre mucho durante el otoño. El frío es uno de sus mayores enemigos, pero también el estrés y la rutina vertiginosa en la que nos vemos sumidos a diario. Para cuidarla, mantenla siempre hidratada bebiendo agua constantemente. Por supuesto, el alcohol y el tabaco son malos compañeros de viaje. Quizá sea el momento de cambiar alguno de estos hábitos poco saludables. Ni que decir tiene que debemos abrigarnos correctamente. Hace tiempo que el hombre puede y debe usar complementos con total libertad. Bufandas o fulares serán grandes aliados para tu garganta, a la vez que te aportaran un look más completo. El descanso también juega un papel importante, Procura descansar bien y dormir un mínimo de 7 horas.
En otoño nuestro cuerpo va mucho más tapado, quedando visible normalmente sólo la cara y las manos. Este es buen momento para centrarnos en nuestro cuerpo y ajustar aquello que sea poco saludable. Si hemos terminado el verano con algún quilo de más, aprovecha estos meses para cuidar tu alimentación y llevar una vida más activa. De forma progresiva y saludable llegarás al próximo verano con un mejor aspecto, más sano y lo mejor de todo, nadie se habrá dado cuenta. También puedes aprovechar para poner tus músculos a punto, pero hazlo de forma progresiva. Piensa que tienes muchos meses hasta que estos puedan verse así que tomatero con calma.
Además, el otoño es buena época para cambiar hábitos y lanzar nuevos propósitos. Quedan aún unos meses para el nuevo año, pero psicológicamente es el otoño el momento en el que los cambios son más visibles. Cuida tu mente y aprovecha para comenzar algún curso que te realice y te ayude profesionalmente. También puedes aprovechar para cambiar rutinas o mejorar las que ya tienes. Plantéate hábitos más saludables y reorganiza tu tiempo y tus prioridades.
También puedes aprovechar para darle un repaso a tu armario. En invierno vestimos más formales y es buen momento para darle un giro a nuestro estilo y renovar nuestra forma de vestir aprovechando las nuevas colecciones que se nos presentan.
Como ves, el otoño es un punto de inflexión en nuestra rutina. Un momento que exige algunos cuidados extra y que propicia algunos cambios que pueden ayudarnos a sentirnos mejor física y mentalmente.