El verano llega a su ecuador y los termómetros se disparan. Las nubes parecen haberse ido también de vacaciones y el sol golpea con fuerza desde primera hora del día. Desde pequeños hemos sido preparados para enfrentarnos a este tipo de días y mantener nuestra piel a salvo de quemaduras, pero, ¿qué hay de nuestro pelo?
El pelo no está ahí por casualidad y por ello debemos de cuidarlo como hacemos con nuestra piel. En verano es especialmente cuando más sufre debido al calor, los baños frecuentes, el agua con sal o cloro, las gorras o los cambios bruscos de temperatura. Solo hay que prestarle un poco de atención para mantenerlo cuidado y que esté lo más bonito posible.
Sabemos que va a ser complicado que no te des más de una ducha al día. Probablemente al salir de casa o al llegar de trabajar. Quizá al subir de la playa o a mediodía al volver de la piscina. Lo que si debes tener claro es que no debes abusar del champú. Resérvalo para la última ducha del día y pon atención en eliminar por completo cualquier resto de cloro o sal antes de irte a la cama.
Si eres de los que usan productos de fijación para el pelo también deberás asegurarte de que eliminas por completo estos. El motivo es que este tipo de productos para el pelo reaccionan al mezclarse con cloro o agua salada, convirtiéndose en muy dañinos para nuestro pelo.
Si eres de los que llevan el pelo largo hay varias cosas que tienes que tener en cuenta. Por una parte, es bastante recomendable usar acondicionador al menos una vez por semana. Este conseguirá mantener tu pelo sano y fuerte frente a los cambios de temperatura, humedad, etc.
Después del baño o de la ducha procura secarlo bien en su totalidad, especialmente si eres de los que suele llevarlo recogido o usas gorra o sombrero. La humedad puede mantenerse durante horas y créeme, eso no te hará ningún bien.
Si, por el contrario, has decidido apostar por un corte rapado o muy corto, debes tener en cuenta que hay zonas de tu cabeza que van a quedar muy expuestas al sol directo y no están nada acostumbradas a eso. Para evitar sufrir quemaduras lo mejor es reservar este tipo de cortes para otra estación donde el sol no sea tan protagonista.
En cualquier caso no dejes de usar crema protectora más allá de la cara y no te olvides de las orejas. El sol no entiende de anatomía y tus entradas o tu calva (en caso de tenerlas) se queman exactamente igual que tu espalda.
Para terminar, procura cubrir tu cabeza en las horas centrales del día. El uso de gorras o sombreros esta especialmente dedicado al momento del día en el que el sol castiga con más fuerza. Intenta no abusar de este tipo de complementos en las horas en las que ya no sea necesario. Cubriendo nuestra cabeza conseguiremos un exceso de sudoración que impide una correcta hidratación y ventilación de los folículos.
Una vez más, pequeños y sencillos consejos que harán que disfrutes consiguiendo la mejor versión de ti.