Cuando llegamos a una edad madura, es muy habitual hacernos con alguna cosa que nos permita restaurarla y cuidarla a modo de hobby. A cada uno le da por una cosa pero, si los recursos lo permiten, muchos hombres buscan hacerse con aquel coche que les devuelva a sus tiempos jóvenes. Un “clásico” que requiere muchos cuidados y un mantenimiento continuo, pero que puede llegar a dar una satisfacción inexplicable.
El peculiar mercado de los coches clásicos es más complejo de lo que parece. Los más veteranos a menudo tratan de aprovecharse de los nuevos para hacer negocio vendiendo coches en mal estado y por encima de su precio real. Si vas a iniciarte en este mundo, es más que recomendable que tomes notas de estos consejos.
Lo primero que hay que tener claro es el presupuesto. La compra de este tipo de coches requiere de un mantenimiento y reparaciones a menudo superior a la inversión inicial. Aproximadamente, estos gastos pueden sumar entre 1000 y 2000 euros anuales. Tenlos en cuenta a la hora de decidirte por un modelo u otro, ya que estos aumentarán cuanto más caro sea el modelo o la marca elegidos.
Una vez claro hasta dónde podemos llegar, busca. Un coche clásico no se encuentra en 2 semanas, e incluso en 2 meses. Tómate tu tiempo y busca en revistas especializadas, blogs, foros y páginas de anuncios. Es recomendable que realices un estudio de precios para saber a partir de cuanto te están queriendo engañar. Investiga también las posibles averías de cada modelo para tomar una decisión. Si tienes dudas, no te precipites. Sigue buscando y analizando hasta que des con el modelo perfecto.
Cuando estés delante del coche es momento de revisarlo a fondo. Piensa que el vendedor nunca te va a decir todo lo malo del coche sino que tendrás que descubrirlo tú. Una opción ideal es poder contar con la ayuda de un mecánico de confianza ya que ellos son muy expertos y difíciles de engañar. Si no tienes esa suerte, no pasa nada. Pon atención a la carrocería y mira que no tenga golpes. El chasis también debe estar en buen estado y libre de óxido o corrosión. Pide al vendedor el historial de revisiones y mantenimiento. Interésate por todos los propietarios que ha tenido el coche a lo largo de su vida y cuantos menos sean estos, mucho mejor. Intenta revisar también que el coche no tenga cargas de tráfico.
Si todo pinta bien, todavía te queda un paso imprescindible: probarlo. Si el vendedor no lo permite, desconfía. No es suficiente con arrancar el motor y ver como suena (que también). Insiste en conducir el coche y pon atención en que el motor siga teniendo fuerza, que la suspensión se comporte bien, que la dirección funcione correctamente, que no existan ruidos raros o que no haya vibraciones de plásticos. Es un coche viejo, sí, pero no por ello tiene que estar mal cuidado. Si la sensación al conducirlo es buena, quizá merezca la pena invertir en él.
Si te has decidido a comprar el que parece el coche de tus sueños, no lo hagas sin antes regatear. El mejor argumento para conseguirlo es exponer todos los defectos que has podido identificar durante la revisión. Tampoco abuses ni ofendas al vendedor y se proporcionado a la hora de pedir una rebaja, ya que todo el dinero que haya que invertirle va a ser para tu disfrute y no el de el vendedor.
Por último, con el coche ya en tus manos, debes buscar un mecánico de confianza. Tantea varios talleres y pide presupuestos hasta que des con alguno que parezca más fiable que los demás. Esto es muy importante ya que lo visitarás muy a menudo, y debes tener la seguridad de que mima tu coche y cuida tu bolsillo tanto como lo harías tú.
Como ves, la búsqueda de un coche clásico es un proceso largo pero no demasiado complejo. Nosotros te recomendamos además que busques un coche con cierto estilo, que te represente y que te enorgullezca conducir durante los próximos años. Déjate guiar un poco por tu corazón.