Dicen las malas lenguas que esta pasada Navidad te has pasado un poco de la raya. Yo confío en ti y sé de sobra que hiciste todo lo posible por contener esa adicción a los polvorones, al plato de jamón bien cortado, al roscón… ¡Maldito roscón! Hiciste todo lo posible pero no fue suficiente. Te encuentras estrenando el nuevo año con algún kilito de más y con unas ganas locas de quitártelo de encima. El verano, aunque todavía lejano, está más cerca de lo que parece.
La dieta nunca ha sido una de las virtudes del Hombre Núñez de Arenas así que no queda otra solución que deporte y ejercicio. Vuelves con muchas ganas al gimnasio y sales a correr como si te persiguiese una manada de orcos. Tanto esfuerzo después de unas semanas de relax son la formula perfecta para que vuelvan las temidas agujetas. Todos las hemos sufrido y todos parecemos tener un remedio. Con estos consejos no solo podrás aliviar el dolor sino que podrás prevenir su aparición.
Lo primero es saber que son las agujetas. Más allá de un dolor fuerte y unos andares de Robocop se esconde un sobresfuerzo que desemboca en unas microroturas musculares. Estas roturas son las que producen el dolor y este desaparecerá cuando el organismo consiga repararlas por completo.
Para prevenirlas es imprescindible retomar los entrenamientos de forma suave. Nada de querer recuperar el tiempo perdido en una tarde. Es preferible comenzar suavemente e ir incrementando la intensidad poco a poco. Además, es importante incluir en cada actividad física unos minutos de calentamiento previo y unos correctos estiramientos posteriores. Ya sabes lo que dicen: más vale prevenir que curar.
Pero si las agujetas ya han aparecido de poco sirve prevenir. Ahora toca curar. Necesitamos que el músculo regenere lo antes posible las fibras dañadas y para eso podemos ayudarle.
La alimentación es un factor clave. El plátano es un gran aliado ya que tiene un alto contenido en magnesio, el cual ayuda en la recuperación. Si Nadal lo toma por algo será. También son de gran ayuda los frutos secos como las pipas, nueces, anacardos o almendras. Los frutos secos contienen niveles altos de magnesio además de proteínas necesarias para nuestros músculos.
Beber e hidratarse también es necesario. Destierra de una vez la solución de ‘agua con azúcar’, no sirve. El zumo de piña, además de hidratar, contiene bromelina que se encarga de poner nuevamente nuestros músculos a punto.
Activando la circulación en las zonas afectadas aceleramos también el proceso de regeneración muscular. Si el dolor es localizado, una buena solución es aplicar hielo sobre la zona. También podemos alternar baños de frío-calor para conseguir ese efecto. Además, puede ser de gran ayuda realizar masajes suaves sobre las zonas donde tenemos dolor utilizando alguna crema hidratante o que favorezca la circulación sanguínea.
También se dice que volver a hacer deporte es la mejor manera de acabar con las agujetas. No es del todo cierto. Cuando realizamos deporte aumentamos la circulación sanguínea y aceleramos la cicatrización. Si las agujetas son leves y el ejercicio es moderado entonces puede ser una solución. Si el dolor es intenso y el ejercicio también, ten por seguro que mañana estarás todavía peor.
Para terminar, dos consejos que nunca fallan: reposo y descanso.
¡Ya no hay excusa! Damos por inaugurada la Operación Bermuda 2016.