Con el calor del verano, al enfrentarnos al armario probablemente hay pocos outfit que apetezcan menos que ponerse un traje. Cuando el sol aprieta y el cuerpo nos pide ponernos un bañador y unas chanclas, tener que optar por un atuendo semiformal es, a menudo, una pequeña e inevitable tortura.
Sin embargo, aunque con la subida del mercurio en los termómetros se reducen considerablemente las ocasiones en las que llevar traje es imprescindible, estos momentos no desaparecen completamente. El buen tiempo también invita a organizar celebraciones familiares, eventos varios y festividades de todo tipo. Por otro lado, aunque estén semidesiertas y con jornada reducida, las oficinas siguen en su mayoría funcionando y, desafortunadamente, los días de vacaciones estivales no abarcan todo el verano.
Aunque sea difícil de creer, llevar traje en verano tiene sus ventajas y, si lo pensamos un poco, hasta puede darnos grandes satisfacciones. En esta entrada en el Blog del Bigotero, vamos a ver el lado positivo de vestir semiformal en los días de verano.
Ventajas de llevar traje en verano: las hay
Con el verano se relajan las formas y los protocolos y el optimismo de las vacaciones impregna una atmósfera en la que se repiten las conversaciones sobre destinos playeros y diversión estival. Al enfrentarnos al armario, esa sensación se traduce en una mayor versatilidad a la hora de elegir el atuendo e, incluso, mucha más originalidad. La bajada del listón de la formalidad nos abre el abanico de opciones y podemos correr ciertos riesgos con menos presión.
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Estamos de Rebajas: estrena
La temporada de verano es una época excelente para renovar tu fondo de armario al mejor precio. Los jugosos descuentos nos permiten también invertir en prendas menos básicas y a las que, probablemente, les daremos menos uso, pero que nos sentarán genial.
Esa camisa que, aunque es un poco llamativa y no sabes cuánto usarás, te ha llamado la atención y está a buen precio. ¿Por qué no comprarla?
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Usar tejidos naturales y cómodos
Si en invierno usamos trajes de lana, cashmere o tweed, en verano, en cambio, se buscan tejidos naturales y ligeros. La clave es que estos otros materiales son más transpirables, pero también más cómodos y adaptables. El lino es el tejido veraniego por excelencia, pero el algodón también nos ofrece una gran variedad de opciones. El llamado seersucker, que es un tipo de algodón más arrugadizo y que caracteriza a los trajes de rayas de Nueva Orleans, es un tejido estival tan ponible como agradable y que sólo encontramos en prendas estivales.
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Relajando las formas
A pesar de que cada vez el protocolo sea más permisivo, en verano las normas se reducen a la misma expresión. Prescindir de la corbata está socialmente asumido, por ejemplo, y es habitual desabrochar un par de botones de la camisa. De hecho, otra opción que se abre en verano es llevar el traje con una camiseta o con polo, eso sí, siempre y cuando sean nuevos o seminuevos y de un tejido liso.
En esa misma línea, podemos salirnos de los zapatos Oxford y optar por otro calzado más divertido como náuticos e, incluso zapatillas. En cualquier caso, es recomendable llevar siempre calcetines.
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Reduciendo complementos
Si, habitualmente, los complementos nos dan un toque de distinción y marcan la diferencia, en verano lo cierto es que tenemos una amplia variedad de recursos para ello y no necesitamos recurrir a mucho artificio.
En estos días más relajados, los detalles pueden ser interesantes, pero, más que nunca, predomina la sencillez.
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Combinaciones imposibles que se hacen probables
Con el calor, incluso a la hora de llevar traje, podemos testar estilos y llevar nuestro gusto a sus límites sin mucho pudor. Desde combinar colores más alegres con otros más sobrios a jugar con estilos.
Llevar traje en verano puede significar, por ejemplo, escoger la americana de un conjunto y el color de otro, siempre y cuando los colores y los tejidos sean compatibles, pero ni siquiera es necesario que sean del mismo género.
Llevar traje en verano ¿hay mínimos?
La relajación de las formas, la ampliación de la paleta de colores y las múltiples opciones pueden desembocar en looks imposibles, llamativos y poco favorecedores. Conviene ir saltándose las reglas poco a poco para no acabar llevando un outfit que tenga poco que ver con nuestro estilo y personalidad.
Sin embargo, más allá de eso, el verano es momento de divertirse y, aunque ya hayamos vuelto de las vacaciones o estén a punto de acabarse, llevar traje en verano no debe restarnos ni un ápice de optimismo. Además, a la elegancia le sienta genial el moreno, así que ¡aprovecha tu bronceado!