Un auténtico caballero debe tener buen gusto y una intuición especial cuando se trata de elegir el nudo de corbata adecuado a la ocasión. Quizás, para algunos esta expresión pueda parecer algo exagerada, pero se trata de todo un arte. Tanto la corbata como la camisa ha de ser seleccionada con gusto: la textura y el material de la corbata, el cuello de la camisa donde se engarza y finalmente el nudo adecuado. Evidentemente, la destreza es un factor importante para lograr un resultado impecable, sin embargo conocer las diferencias, ventajas y desventajas de cada nudo puede hacerte marcar la diferencia.
Como suele pasar con todo en la vida, en el equilibrio suele encontrarse el gusto. Si usamos una corbata demasiado gruesa o con forro, el nudo puede dar un aspecto demasiado tosco, por lo que un nudo sencillo puede favorecer tu imagen evitando añadir volumen extra.
Nudo Windsor
Para muchos hombres, el nudo más elegante y formal es el nudo Windsor: con forma de triángulo, totalmente simétrico y con un toque inglés. Los cuellos “tipo italiano” suelen ser los adecuados para este tipo de nudo, aunque no pasa desapercibido en otro tipo de cuellos.
Otra de las peculiaridades de este nudo es que no deja la corbata corta, factor que muchos hombres no tienen en cuenta y que en muchas ocasiones puede estropear totalmente la el contraste corbata-camisa.
Cómo se hace
Es un proceso sencillo. En primer lugar deberás cruzar la parte ancha de la corbata sobre la parte más estrecha, y manteniendo ambos lados cruzados, deberás pasar la parte ancha por detrás de la parte estrecha doblándolo. Después tienes que traer la parte ancha hacia bajo el cruce, formando una hebilla y doblándolo.
Ahora viene la parte crítica: una vez hecho esto, tendrás que pasar de manera horizontal la parte ancha sobre la parte estrecha y pasar la parte ancha bajo la corbata de manera vertical, estirarla y deslizarla por la parte ancha del cruce ya formado.
Ya sólo queda ajustar y disfrutar del toque estiloso que proporciona el nudo Windsor.