Como siempre que nos sentamos a escribir algo que os pueda resultar útil y de interés, tratamos de escoger un tema que tenga algo que ver con el momento o la estación en que estamos. Hoy, con la segunda ola de calor del verano encima nos vienen a la cabeza temas relacionados con las altas temperaturas y sus consecuencias.
En este sentido, hay un problema que nos afecta en mayor medida a los hombres y que es incómodo de abordar pero más todavía de sufrir: el sudor. Hasta el mejor de los estilismos puede verse destrozado por una axila en plena ebullición. Por suerte, todavía hay algunas soluciones que podemos aplicar para evitar o mitigar estas incómodas situaciones.
En invierno lo tenemos más fácil. Por encima de camisas o camisetas siempre podemos llevar algún jersey o americana que oculte totalmente el sudor de nuestro cuerpo o axilas. Además, en esta época del año las temperaturas más bajas hacen que el sudor sea algo casi anecdótico. Sin duda, el verano es la estación que más nos debe preocupar en este sentido.
También podemos recurrir a vestir colores blancos o negros, los cuales no cambian apenas de tonalidad al contacto con el sudor y nos permiten camuflarlo casi por completo. Los peores colores, y los que debemos evitar en los meses de más calor, son los tonos grises y azules. Estos colores tienden a oscurecerse mucho al mojarse, haciendo todavía más visible nuestro sudor.
Existen también tejidos que ayudan a la transpiración y permiten un mejor equilibrio de nuestra temperatura corporal. Debemos buscar, por tanto, prendas hechas de lino o algodón y evitar en lo posible el uso de tejidos sintéticos. En Núñez de Arenas apostamos por los tejidos naturales y prácticamente todas nuestras prendas están confeccionadas en algodón de la mejor calidad.
Tampoco debemos abusar de las prendas demasiado estrechas. Sé que habéis seguido nuestros consejos durante el invierno y ahora tenéis un cuerpo de escándalo que os morís por enseñar. Pues bien, dejar esos momentos de exhibición para cuando os quitéis la camiseta. Al vestir usar siempre tallas adecuadas que permitan que el aire corra entre piel y tejido.
También hay que prestar mucha atención al desodorante. Por un lado, debemos evitar vestirnos antes de que este haya quedado totalmente seco sobre nuestra piel. De esta forma evitaremos manchas desde un primer momento. También a tener muy en cuenta es la posibilidad de que nuestro desodorante nos produzca algún tipo de alergia por alguno de sus componentes. Para combatirla, nuestro cuerpo aumenta el sudor como medida de protección. Para terminar, usa siempre un desodorante anti transpirante y de componentes naturales. En este sentido, no merece la pena ahorrarse un par de euros, créeme.
Por último, existen tratamientos médicos que ayudan a reducir nuestros niveles de sudor. Si bien están indicados para casos extremos, su uso supervisado por un especialista puede ayudarnos a mantener el control.
Como podéis ver, incluso los problemas más difíciles pueden tener solución.