Una de las cosas que más horrorizan a hombres y mujeres es sin duda el inevitable momento de ir a cortarse el pelo. Esta sana costumbre, extendida por todo el mundo, que nos lleva de mes en mes a esperar nuestro turno en la peluquería con el inevitable temor al resultado. Y es que cuesta dar con un peluquero que realmente te entienda y plasme en tu cabeza todas esas ideas caóticas que tratas de explicarle justo antes de meter la tijera. Por suerte la gran mayoría de los peluqueros tienen muy desarrolladas sus habilidades sociales y amenizan el corte con una conversación a medio camino entre la charla del bar y la terapia psicológica. Conversaciones que a veces alcanzan un nivel de seriedad que es difícil mantener ataviados con una especie de sabana atada al cuello y el pelo como un champiñón.
Probablemente fue ese ímpetu social que tienen los peluqueros lo que animó a Nasir Sobhani a cruzar las puertas de la peluquería donde trabaja y extender su labor social a las calles de un barrio marginal de Melbourne. Pero Nasir no se dedica solamente a dar conversación sino que también regala cortes de pelo gratuitos a los mendigos de la calle.
Todo comenzó cuando el limpiador de cristales de su peluquería, adicto a la heroína, se acercó a Nasir para decirle orgulloso que ese día cumplía un mes sin drogarse y quería celebrarlo con un corte de pelo. Nasir, que también tenía un oscuro pasado de adicción a las drogas, decidió desde ese momento dedicarse a lo que más le llenaba en la vida: la peluquería. Ahora con 26 años su vida lleva un rumbo totalmente opuesto y compagina su trabajo como peluquero de lunes a viernes con la labor estético-social que lleva a cabo en las calles los fines de semana.
Nasir comprendió que acercándose a la gente más aislada y marginada de la sociedad a través de un corte de pelo puede también compartir experiencias y escuchar las historias que estos tienen que contar. En definitiva, el corte de pelo es una excusa para charlar un rato y conseguir integrar socialmente un poco más a la gente más excluida. Una terapia fuera de lo común pero muy efectiva porque todo el mundo tiene algo que contar pero no siempre tiene a quien hacerlo.
Su trabajo no ha pasado desapercibido y los resultados están siendo muy positivos. Tanto es así que su popularidad le ha llevado a ser conocido en todo el mundo como The Streets Barber. Así es como ha recibido ayuda desinteresada para poner en marcha sus perfiles de Facebook, Twitter e Instagram, donde cuelga siempre una foto del antes y el después del corte, acompañadas de la historia de esa persona. Recientemente ha puesto también en marcha su canal de Youtube donde mediante videos trata de difundir su labor y acercarnos un poco más a las personas a las que ayuda.
Un simple corte de pelo puede ser la excusa para un nuevo inicio. Así lo cree Nasir y por ello etiqueta sus publicaciones con el hashtag #CleanCutCleanStart (corte limpio, inicio limpio). El mundo necesita más gente como él.