Una de las reglas más importantes a la hora de elegir que ropa escoger para tu armario, es tener siempre presente que debes vestir según tu complexión física. En función del cuerpo que tengas y la elección que hagas, puedes y debes, potenciar aquella parte de la que estas más orgulloso a la vez que desviar la atención de las que no quieres que se vean.
Básicamente hay tres tipos comunes de cuerpos: Mesomorfo, endomorfo y ectomorfo, estos términos no son muy conocidos por eso vamos a explicarlos resumidamente:
Mesomorfo: es el cuerpo atlético, la forma de sus hombros es ancha y la cintura estrecha el símil sería una V.
Lógicamente poco hay que decir, es la perfección por lo tanto a la hora de vestir no tienen ningún problema pues todo les queda bien.
Endomorfo: Una de las características principales es que es el cuerpo con tendencia a subir de peso, su cintura es más ancha y sus extremidades más cortas. Si es tu caso, lo más importante es que eligas una talla adecuada al peso que tienes, aunque tu intención sea ponerte a dieta, no caigas en la tentación de comprarte una talla más pequeña. No añadir volúmen escogiendo tejidos gruesos o con bolsillos, los pantalones preferiblemente de rectos y con talle alto para disimular excesos.
Ectomorfo: Es el cuerpo que por naturaleza es delgado y normalmente no está musculado al contrario que el cuerpo endomorfo sus extremidades son más largas. Hay que tener este detalle en cuenta a la hora de comprarse unos pantalones o chaquetas y para disimular la delgadez ayudan los bolsillos y prendas con volumen. A la hora de elegir el pantalón, este debe de ser recto, los pitillos les quedan realmente horrorosos pues aumentan la delgadez y alargan las piernas.